Gruia Bădescu, investigadora de la Universidad de Constanza, documenta en este vídeo la nueva realidad de una ciudad que vive con una nueva frontera.
A mediados de marzo de 2020, apareció una valla metálica que dividía la zona verde junto al lago que comparten la ciudad alemana de Constanza y la localidad suiza de Kreuzlingen. Enseguida comenzó una protesta silenciosa contra el cierre de la frontera. Los organizadores animaron a todos los afectados y a quienes quisieran participar por solidaridad a que pensaran en algo que pudieran llevar a la valla: una foto, una carta, un candado o cualquier otro elemento creativo. Se pidió que se llevaran únicamente cosas «positivas», nada que pudiera considerarse una provocación o un disparate.